Inspiración

Naita Akaoni y One Piece

Naita Akaoni (el Ogro Rojo que llora), es un cuento popular japonés que guarda muchas similitudes con la historia de los gigantes Brogy y Dorry. Para empezara, ambos personajes comparten apodos con los personajes principales de este cuento, el Ogro Rojo y el Ogro Azul, y al igual que en este cuento el Ogro Azul (Dorry), realizará un sacrificio que hará llorar al Ogro Rojo (Brogy). Este echo se desencadena en el capítulo 120, curiosamente titulado, "El Ogro Rojo llora".

La leyenda

Érase una vez un Ogro Rojo y un Ogro Azul que vivían en lo profundo de una montaña. El Ogro Rojo era muy amable y se quería hacer amigo de los humanos. Sin embargo, a la gente que vivía en las cercanías de aquella montaña no le interesa descubrir si era otro amable. Los pueblerinos al ver al Ogro Rojo huían gritando, "¡Corred! ¡Corred! ¡El cruel ogro nos quiere devorar!". Siempre estaba triste por ser un ogro.

Clavó una señal frente a su casa, esta decía, "¡Soy un ogro muy simpático! ¡Venid a pasar el tiempo conmigo! ¡No lo dudéis! ¡Siempre tengo té y pastas para todos!". Sin embargo la gente decía, "¡El ogro nos comerá si vamos a su casa! Ya sabes, se trata de un cruel ogro". Nadie fue, por lo que el Ogro Rojo se puso muy triste.

Su amigo, el Ogro Azul, también era muy amable y se sentía triste al ver lo que le pasaba al Ogro Rojo. El Ogro Azul le dijo al Ogro Rojo, "¡Venga! ¡No estés triste! Sé que algún día podrás ser amigo de los humanos".

"Gracias, Ogro Azul-kun. ¡Pero no puedo porque huyen de mi!"

"¿Tanto deseas ser amigo de los humanos?"

"¡Sí, eso es! ¿Les has visto jugando? Parecían divertirse. Quiero divertirme con ellos..."

"... ¡Creo que tengo una idea!"

"¿¡En serio!? ¡Cuéntamela!"

El Ogro Azul le contó su idea al Ogro Rojo. Tras escucharla, el Ogro Rojo exclamo, "¡¡Genial!! ¡Es una gran idea! ¡Muchas gracias, eres mi mejor amigo!"

"¡De nada! Tú también eres mi amigo, ¿sabes?"

Al día siguiente, bajaron al pueblo donde vivía la gente, se encontraron con unos niños que estaban jugando. El Ogro Azul dijo, "¿Estas listo, amigo?" El Ogro Rojo asintió. De repente, el Ogro Azul salió de unos arbustos gritándoles a los niños, "¡¡Vengo de la montaña para devoraros!!" Los niños comenzaron a gritar, tratando de huir de él, pero finalmente pudo atrapar a una pequeña niña. Esta comenzó a llorar gritando, "¡¡Que alguien me ayude!!"

El Ogro Azul le dijo, "Nadie vendrá a ayudarte. ¡Te voy a devorara!"

Y en ese mismo momento, apareció el Ogro Rojo para enfrentarse al Ogro Azul, diciéndole, "¡Suéltala!"

El Ogro Azul le respondió, "¡No quiero! ¿Por qué me molestas? ¿También te la quieres comer? ¡Es mía!"

"¡No! ¡¡Quiero ayudarla!! Si no la sueltas, ¡tendré que pelear contigo!"

Entonces, el Ogro Rojo se abalanzó sobre el Ogro Azul, haciendo como si le golpease.

El Ogro Azul comento a llorar, "¡Ya basta! ¡De acuerdo! ¡La soltaré, pero deja de pegarme!"

"¡Está bien! Te perdonaré por ahora. ¡Lárgate!"

A la vez que el Ogro Rojo exclamo esto, El Ogro Azul salió huyendo. Los niños se reunieron alrededor del Ogro Rojo para darle las gracias. La niña a la que rescato el Ogro Rojo le dijo, "¡Eres muy amable! ¡Muchas gracias! No sabía que había ogros buenos. ¡Eres mi salvador! ¿Puedes venir a mi casa a que te presente a mi familia?"

"¡Claro! ¿Puedo...?"

"¡Por supuesto! ¿Por qué no ibas a poder?"

Ahora, el Ogro Rojo era muy feliz, se había hecho amigo de los humanos. Le estaba muy agradecido al Ogro Azul por todo lo que había hecho. Aquella noche, la gente celebró una fiesta en su honor y se divirtieron mucho.

Tras la fiesta, ya era de noche y todo estaba muy oscuro. El Ogro Rojo corrió rápidamente a casa del Ogro Azul para darle las gracias, pero nadie respondía por mucho que llamase a su puerta. Irrumpió en su casa y descubrió que había un papel sobre la mesa, una carta del Ogro Azul.

Decía, "Me alegro mucho de que al fin te hayas hecho amigo de los humanos. Tengo que irme lejos de esta montaña porque la gente te odiará si descubre que sigo aquí y que soy tu amigo. Estoy bien, no te preocupes... Seré tu mejor amigo por siempre... Adios."

El Ogro Rojo leyó esta carta y comenzó a llorar. Lloraba y lloraba sin parar. Hasta que por fin dejaba de llorar, pero recordaba al Ogro Azul para comenzar nuevamente a llorar y llorar sin parar.

El Ogro Rojo y el Ogro Azul