Vaaale, llego un poco tardee, pero no quería dejar pasar la oportunidad de relatar...
¡El Fabuloso Viaje de Ram y Ghorry a la Ciudad Condal!
Día 2 de noviembre. Ver Barnacity y morir:
Partimos desde Talavera en tren, con vistas a llegar a la fantabulosa estación de Atocha a tiempo para coger otro tren a Barcelona (Sí, amigos, tren a Barna con la que estaba cayendo, ser temarario se lleva en la sangre). Tras superar esa fase del viaje, finalmente montamos en un fastuoso tren que se llamaba como la madre de Robin (Olvia, o Alvia, o algo así) y que seguramente pusieron exclusivamente por el Salón, de ahí el nombre. Durante el viaje pudimos gozar de la insuperable película que puebla nuestros sueños desde hace meses: Sunshine. Qué peliculón, qué pedazo de mierrrrda, cuántos accidentes laborales...
Tras un trayecto acomodado por la geografía nororiental hispánica (las radiaciones cool de Zaragoza estaban atenuadas, seguramente porque Geralt ya no estaba en la ciudad), llegamos a la estación de Camp de Tarragona. Muy buen nombre, dado que el tren te deja en medio del campo ¿Qué harán los que cojan el AVE, que no tienen un autobús esperándoles? Tras la desolada sensación de encontrarnos en medio de la estepa leridano-tarraconense, o algo así (oía de fondo las notas de banjo que pegarían en una road movie), nos embutieron en tres o cuatro autobuses, y hala, para Barcelona, que vamos justos.
Fue en ese trayecto cuando empezamos a contactar con las gentes que nos esperaban en la ciudad: algunos de muy mala catadura, como demostró Kid al pasarnos a Kaolla sin decir quién era, cosa que por lo que veo hizo también al revés (
este emoticono se inventó por él).
Llegamos a la estación de Sants, y tras poco tiempo, al hotel, donde nos dicen que tienen overbooking y que vayamos a otro cruzando prácticamente el Paseo de Colón. Qué suerte. En este punto, Ramsus me hizo notar que íbamos a pasar cerca de la Plaza de Antonio López y que teníamos que fijarnos si había (ATENCIÓN: CHISTE DE LA HORA CHANANTE) ¡Membrillooorl! o si la abstracción era igual a mierda...
Dejando de lado la descripción del nuevo hotel en general (a vuestra imaginación queda), llegamos tras muchas aventuras (incluyendo una épica lucha contra los Skaven en el metro de Barcelona) a la parada de metro, donde nos limitamos a "seguir el rastro de frikis" hasta la Farga. Allí se produjo el primer encuentro: una oleada cool invadió nuestros sentidos cuando creímos ver a un personaje con brillante armadura montado en caballo blanco de vaporosas crines... hasta que se acercó y vimos que era Geralt, de incógnito, con dos amigas suyas.
Una vez dentro del recinto en sí, finalmente se produjo el encuentro más esperado. Me alegró mucho ver a Kaolla, Halane y Sure, y también a Kitakaze, con sus míticas Sandalias de Velocidad +3. Ah, y estaba Kid. Viendo a Halane, Sure, Kaolla y sus amigas, las amigas de Geralt, debo decir que en mis tiempos las chicas no eran tan guapas, y que vivan los yogures. El malvado señor Kid, por cierto, se encontraba sentado con una especie de sonrisilla de satisfacción, rodeado de las ladys: quién sabe lo que pensaba su retorcida mente XD. Allí en la cafetería nos estuvimos un buen rato charlando, y luego dimos la primera pasada seria al Salón. Luego, tras despedirnos de todos menos de Kaolla, que abandonó la reunión aprovechando que no estábamos (me vengaré), pasamos una entretenida velada con Mr. Kitakaze y su amiga, aunque Ramsus estaba un poco mustio, no me imagino yo por qué
Día 3 de noviembre. ¡No soy un friki, soy un hombre libre!:
Amaneció entre los charcos de olor sospechoso que poblaban la Rambla. Es curiosa la transformación que se da en esta vía entre el día y la noche. Muy curiosa. Madrugamos a fin de no quedar aplastados por la multitud, y cuando llegamos fuimos recompensados al descubrir que la cola no llegaba a dar la vuelta completa a la manzana (qué guay). Una vez dentro dimos rienda suelta a nuestra más voraz vena consumista y nos reímos un rato con la fauna del lugar. Nos pitaron un par de veces los oídos y creímos ver a MaNe, pero todo fueron alucinaciones, probablemente causadas porque Ramsus, aunque no lo quiera reconocer, estaba acojonado. Tuvimos entonces una primera toma de contacto con Prithivi. Sí, seguro que vosotros también le vísteis: era el único perfectamente normal entre el grupo de desequilibrados disfrazados de Padre de Familia. Salvo por la bolsa de Sasuke e Itachi (lo siento, Prithivi, pero tienes que tener cuidado con a quién revelas tus oscuros secretos XD). Tras una breve expedición al hotel para dejar el cargamento (sí, cargamento) volvimos, ya que habíamos quedado para comer con Su Excelencia Geralt & co., Fenril (gran tipo, os lo juro, a mí no hace falta coaccionarme) y la diva tardona (Kid).
Por la tarde, siguió nuestra exploración. El Salón es más grande (ATENCIÓN: DE NUEVO, CHISTE DE LA HORA CHANANTE) que África y que Asia, así que siempre te da la sensación de que te falta algo por ver. Luego, se produjo el macabro encuentro con los del grupo non grato, en el que usé mi habilidad de teleportación Hiro Nakamura para aparecer en otro sitio momentáneamente (me negaba a salir en la misma foto que ellos). Pero el cabrón de Ramsus, que me conoce, esperó a que reapareciesemos para sacar la foto. Luego, mientras Ramsus se recorría otra vez todo el pabellón balbuceando "Tsubasa, Tsubasa" con los ojos desencajados, Kid y yo (Geralt había sido avisado de que la radiación cool era peligrosamente baja en Zaragoza y debía volver) nos encontramos de nuevo con Prithivi y hablamos de lo humano y lo divino hasta que el señor verdoso se dignó regresar. Gran tipo Prithivi, salvo por lo de la bolsa XDD. He de decir aquí que, a pesar de su tardanza XD, Maese Kid se portó como un señor durante toda nuestra estancia, fue un guía espléndido, y contribuyó a hacer magnífico el ambiente. Aunque quiso sonsacarnos demasiadas cosas de Ailing, dicho sea de paso... la cabra tira al monte XD.
Pasamos otro ratito poniendo verde al rajado staff naranja, que no quiso venir otra vez más, y los talaveranos nos retiramos de nuevo al hotel. Cenamos, y vimos, yo divertido y Ramsus cabreado, como el Sevilla le encajaba dos chicharretes al Real Federer...
Día 4 de noviembre. Hasta la vista, Cowboy del Espacio:
Acojonados por el tema ferroviario nos plantamos como una hora antes en Sants, creyendo que volveríamos a pasar por la horrible prueba del Autobús del Terror. Cuál no sería nuestra sorpresa cuando vimos que nos bajaban a un andén y nos metían en el tren. Qué guays, aunque el bajo que me había comprado para escenificar correctamente la llegada a Camp de Tarragona resultó inútil. Finalmente, una vez en nuestros asientos, viendo Ramsus la peli del tren, y leyéndome yo la colección de Orphen que adquirí íntegra en el Salón, avanzamos en el tren hasta que una noche de lluvia sentimos en el aire una fragancia y nos pareció que como en el sueño que habíamos tenido en la casa de Tom Bombadil (¿?) la cortina de lluvia gris se transformaba en plata y cristal, y que el velo se abría y ante nosotros aparecían unas playas blancas, y más allá un país lejano y verde a la luz de un rápido amanecer...
Lo dicho, fue un honor conoceros en persona a todos los que estuvísteis, y a vuestras compañias. La próxima ocasión espero ver a más gente, y que nosotros aportemos también más expedicionari@s.