Capitan Pillo escribió:
Nivel de amenaza DEFCON 1: la tortilla de patatas con chorizo.
Y bien rica que está, cállese es usted Hitler.
A veces hay mensajes que le confirman a uno que el mundo de los justos no se conquista con palabras y rosas, sino con hierro y azufre. No entiendo cómo un mensaje de lo más liviano y sencillo, así como pesado y abigarrado, expresado con la humildad de mi gran corazón, pueda soliviantar tus pasiones hasta el punto de compararme con Hitler. ¡Hitler ni más ni menos! ¡¿Y por qué no Stalin, que fue igual o peor?! ¿Montas esta puesta en escena barroca para qué? ¿Para reprocharme lo que todo el mundo sabe? ¿Lo que hasta las bestias más inmundas reconocen como una verdad divina? Sabe Dios que soy una persona objetiva y que jamás he dejado que un pensamiento fluya por mi cerebro sin haberle pasado antes el corrector del Word. Entonces no entiendo cómo se puede dar este malentendido, si ya he analizado este argumento desde los dos puntos de vista, el de mi hemisferio norte y el de mi hemisferio sur. No obstante, ya que te conozco demasiado como para saber que solo escucharás argumentos de autoridad, me remitiré a la mayor autoridad de todas, o mejor, la única autoridad, que en su regia sabiduría gobierna nuestra tierra. Dios, sí, ¡Dios!, escribió de su puño y letra en el
Génesis “la tortilla de patatas, con cebolla y nada más” y te conmino a que encuentres un solo pasaje bíblico en el que se mencione el chorizo, preparado abominable y demoníaco, excepto por supuesto en el
Libro de los corintios, en el que aprovechan unas lonchas para hacerse un bocata, que con queso es muy socorrido. De hecho, los dos apóstoles de la gastrocultura, enviados directos del Altísimo, ya se pronunciaron sobre esta cuestión. Dice Dabiz Muñoz, al que no sé como no se le trata de sarraceno, que la patata es suficiente en su caramelosidad, mientras que el gran David de Jorge, que si me permites la literalidad, de grande tiene poco, aseguea que la Mahou es meado de burras. No seré yo quién cuestione al maridísimo de la Pedroche, pero si quiere Dios y la Providencia que se le escuche, que me prepare un buen pollo putero, que estoy saciadísimo. Más caritativo no puedo ser en pleno ejercicio de las virtudes heréticas que en mí son norma y disociación.
Pero, pero, pero, pero, todo el mundo sabe que esta gran disquisición no es más que el producto del ejército de pillos que con ansia y hastío me atacan, con sus graznidos de burros y pataletas de anciano. Quizá algún día podáis abrir la mente y empezar a pensar en lo correcto, como yo, y comprendáis, pese a las más que evidentes limitaciones que vuestro córtex prefrontal alberga, que la tortilla de patatas con chorizo (que, por cierto, esta gustosísima), es el manjar de dioses por excelencia, comida de sabios, el aperitivo, en definitiva, ideal para una mañana de resaca, junto con un cuenco de olivitas que nunca vienen mal. Así que antes de llevarme la contraria (sabedor que eso es ir
contra natura), revisa, querido mío, tus inquietudes y no vuelvas a discutir el sexo de los ángeles si no quieres que te escalde tu sedosa cabellera. Mientras tanto, me retiro a purificar la tierra de infieles y a propagar la buena nueva de que no hay pan para tanto chorizo.