Ciclo de la primavera, Rabindranath Tagore.
Comedia que encierra el mensaje filosófico de Tagore: el amor hacia todo lo existente, la vida vivida como un juego, la aceptación del devenir, desde la que se nos urge para una constante renovación de nosotros mismos en conjunción con los ciclos de la naturaleza...
Me gustó, es lírica y optimista.
Bhagavadgītā.
La Bhagavadgītā narra el diálogo entre el dios Krisna y el héroe Arjuna, previo a la batalla de Kurukṣetra. Esencia misma de la sabiduría de la India, revela la siempre vigente lección de cómo vivir y actuar en el mundo. Ofrece pistas sobre el sentido de la vida y traza un mapa de senderos para los diversos temperamentos e inclinaciones humanas.
Este es un libro maravilloso. Creo que lo voy a dejar en mi mesilla, quién sabe si para siempre.
Por cierto, la edición de Atalanta es magnífica. Esta editorial es una delicia. Estupenda traducción y notas de Juan Arnau.
El negociado del ying y el yang, Eduardo Mendoza.
Mendoza te coge de la mano al empezar esta novela y te lleva amablemente de paseo. Te sientes seguro, disfrutas y al acabar sabes que ha sido una grata experiencia. Sin embargo, piensas que no has visto nada realmente interesante en el camino. Más que en la ruta, Mendoza se centra en el hecho de andar. Y eso está bien, pero cuando en La verdad sobre el caso Savolta disfrutaste tanto del paisaje, sientes que te falta algo.
Esta será la novena o la décima novela que leo de Eduardo Mendoza, uno de mis escritores favoritos, y si bien nunca me defrauda, sí que echo en falta la potencia narrativa de sus primeras obras, más ambiciosas.
84, Charing Cross Road, Helene Hanff.
Este libro está construido a partir de las cartas que la autora, una joven neoyorquina amante de la literatura, se intercambia durante años con el dueño y los empleados (y en ocasiones sus familiares) de una librería de viejo de Londres. Un canto de amor a la literatura y a las relaciones humanas, que muestra el poder que tienen los libros para unir a las personas.
Última actualización por mi parte antes de comenzar un barbecho indefinido de este tema. Si alguien quiere retomarlo, adelante, aunque considero que sería mejor dejarlo reposar un tiempo visto que ya no genera tanto interés como hace unos meses.
, pero la teoría que se desarrolló para probarlo durante poco más de tres siglos da en el punto de lo que escribí al final del párrafo anterior: en muchas ocasiones, las curiosidades más "inútiles" sirven para dar paso a la generación de conocimientos importantes.
