Vuelta a ver después de hace un gritón de años, y con la perspectiva que aporta la serie precuela de Netflix.
En el mundo de Thra, la raza de los UrSkeks se dividió en dos razas distintas, los Místicos y los Skeksis mil años atrás, cuando los tres soles se alinearon en el cielo y su luz atravesó el Cristal Oscuro. Ahora, para restaurar el equilibrio y el propio mundo, antes de que los soles se junten de nuevo, un Gelfling deberá reparar el cristal y devolver la armonía a Thra.
Qué gran imaginación, creatividad y esfuerzo de Jim Henson y qué poca recompensa. Cristal Oscuro era el sueño de Henson, creador de Fraggle Rock, los Muppets (Teleñecos) y Barrio/Plaza Sésamo, una película seria, oscura y fantástica girando en torno a su amado arte de las marionetas. Y todo lo que sabía de ese arte, que era mucho, lo plasmó en Cristal Oscuro.
Desde un punto de vista técnico, los animatrónicos, marionetas decorados, y demás efectos prácticos son de lo mejor que se ha hecho jamás en el cine. La enorme variedad de diseños, el funcionamiento, la imaginación, detrás de todos es de 10. La historia que cuenta la película, si bien un poco cliché, es sólida y absorbente. El mundo que crea Henson invita a querer saber más y a querer ver qué viene a continuación. Pero la cinta tiene problemas, y es que el ritmo, en la primera mitad, es letárgico. Aunque la trama arranca pronto, no empieza a avanzar de verdad hasta que aparece la coprotagonista, Kira.
Muchas escenas de la primera mitad se alargan de manera un poco innecesaria, parte porque supongo que querían fardar del duro trabajo de escenarios, marionetas, etc. lo que me parece más o menos justificado, y parte, me parece a mí, que por necesidad de rellenar tiempo, porque la película apenas consigue llegar a los 90 minutos. En muchas escenas, el protagonista acaba hablando solo, y no es como si tuviera algo interesante que decir. Jen, la verdad, es como Frodo sin Sam y si Gandalf le hubiera mandado de viaje sin explicarle nada.
Los Skeksis y los Místicos sufren un poco de falta de caracterización, que es una pauta que veo repetirse de vez en cuando: películas que insisten en tener un grupo (o dos en este caso) demasiado grande de personajes con identidades individuales pero que no tienen tiempo para explorarlos. La película
9 es un buen ejemplo de este problema. Los Skeksis rebosan personalidad, lo que lo arregla un poco, pero los Místicos son un peñazo (y entiendo que está contraposición es justo el quid de la cuestión) y las breves escenas en las que solo caminan sin más se ven como una oportunidad perdida, porque se podría aprovechar para mostrarnos los atributos positivos que encarnan.
Curiosamente, Cristal Oscuro no tiene problemas tonales serios como sí tienen otras cintas que trataban de ser oscuras pero no necesariamente adultas, como
Titán A.E. del gran Don Bluth. Cristal Oscuro busca atraer a jóvenes y niños mayores, de en torno a digamos 10 años, y para ellos no creo que sea tan oscura o visualmente desagradable, sobre todo por los skeksis. El problema estuvo en que el medio, es decir, marionetas y similares exclusivamente, nunca ha conseguido despegarse del todo del estigma de "es para niños", la espina clavada de Henson durante toda su carrera.
Para sorpresa de casi nadie, la película no funcionó bien en taquilla. No fue barata, ajustada a la inflación costó 75 millones de dólares actuales, y aunque logró superar su coste, no fue por demasiado. Pero en formato doméstico funcionó bastante mejor, y pronto se convirtió en película de culto.
En definitiva, dadle una oportunidad. Es un poco como las precuelas de Star Wars, quiere decir mucho, pero la ejecución acaba dejando un poco que desear.