Concurso mensual - 46ª Edición: Aventura

Foro donde los usuarios pueden demostrar su destreza artística dando a conocer sus fanfics, fanart, poesia, historietas...
Avatar de Usuario
Crikrien
Comandante de la Flota
Comandante de la Flota
Mensajes: 7617
Registrado: Dom Dic 13, 2009 10:13 pm
Ubicación: País de Wano

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por Crikrien »

Si el tema es libre imagino que me apuntaré. Total no tengo nada que ganar.
España es la Rusia del sur, sólo así se entiende que haya tanto zumbado.
Avatar de Usuario
javisba
Sargento Mayor
Sargento Mayor
Mensajes: 962
Registrado: Lun Nov 29, 2010 4:15 pm
Edad: 27
Género:
Contactar:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por javisba »

Este mensaje es un recordatorio para aquellos a los que el verano haya absorbido tanto como para olvidarse de este tema, entre los que me incluyo.
A escribir y a mandar que hay de plazo hasta el 20.
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Eli Lawliet
Teniente Segundo
Teniente Segundo
Mensajes: 1407
Registrado: Sab Jul 14, 2012 11:11 am
Ubicación: En tu corazón
Edad: 32
Género:
Contactar:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por Eli Lawliet »

javisba escribió:Este mensaje es un recordatorio para aquellos a los que el verano haya absorbido tanto como para olvidarse de este tema, entre los que me incluyo.
A escribir y a mandar que hay de plazo hasta el 20.
Jsuto entraba para preguntar como iba y si necesitaban mas tiempo. Hablen ahora o callen para siempre (yo seguro que entrego el día limite xD)
Imagen
By FearStyle-putoamosama
Avatar de Usuario
The Buddha
Capitán
Capitán
Mensajes: 3331
Registrado: Dom Jul 10, 2011 6:42 pm
Ubicación: Moulinsart

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por The Buddha »

Yo lo envío esta tarde si me acuerdo.
Quo usque tandem abutere, Oda, patientia nostra?
Avatar de Usuario
Arpegio
Oficial Técnico
Oficial Técnico
Mensajes: 1200
Registrado: Jue Jun 30, 2016 12:15 pm
Ubicación: Bajo la sombra de un molino
Edad: 29
Género:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por Arpegio »

Yo espero entregarlo durante el fin de semana. A ver si esta vez hago algo que no dé penita.
Un perro voraz que ha navegado en dos barcos distintos.
Avatar de Usuario
trafalgar ha muerto
Teniente Primero
Teniente Primero
Mensajes: 1686
Registrado: Mar Ene 14, 2014 9:19 pm
Ubicación: Ción está en Francia, creo
Edad: 27
Género:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por trafalgar ha muerto »

Lo mio está hecho también. Lo mandaré en cuanto tenga WiFi.
Imagen
Avatar de Usuario
javisba
Sargento Mayor
Sargento Mayor
Mensajes: 962
Registrado: Lun Nov 29, 2010 4:15 pm
Edad: 27
Género:
Contactar:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por javisba »

Amplio plazo hasta el lunes para que los rezagados manden este finde, dadle duro.
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Eli Lawliet
Teniente Segundo
Teniente Segundo
Mensajes: 1407
Registrado: Sab Jul 14, 2012 11:11 am
Ubicación: En tu corazón
Edad: 32
Género:
Contactar:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por Eli Lawliet »

javisba escribió:Amplio plazo hasta el lunes para que los rezagados manden este finde, dadle duro.
Eehh que yo pensaba que hasta el lunes se podía mandar jajajaja xDDDD

Gracias yabis, yo mañana termino el mio lo envío.
Imagen
By FearStyle-putoamosama
Avatar de Usuario
trafalgar ha muerto
Teniente Primero
Teniente Primero
Mensajes: 1686
Registrado: Mar Ene 14, 2014 9:19 pm
Ubicación: Ción está en Francia, creo
Edad: 27
Género:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por trafalgar ha muerto »

Idem, deja el lunes que mande el mio que dijiste hasta el 30 jaja. Que no es que os vayais a perder nada porque es un mojón pero bueh
Imagen
Avatar de Usuario
Arpegio
Oficial Técnico
Oficial Técnico
Mensajes: 1200
Registrado: Jue Jun 30, 2016 12:15 pm
Ubicación: Bajo la sombra de un molino
Edad: 29
Género:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por Arpegio »

Yo he mandado el mío por MP esta mañana, pero no parece que se envíe. Javisba, si quieres te lo mando por otro medio.
Un perro voraz que ha navegado en dos barcos distintos.
Avatar de Usuario
javisba
Sargento Mayor
Sargento Mayor
Mensajes: 962
Registrado: Lun Nov 29, 2010 4:15 pm
Edad: 27
Género:
Contactar:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por javisba »

trafalgar ha muerto escribió:Idem, deja el lunes que mande el mio que dijiste hasta el 30 jaja. Que no es que os vayais a perder nada porque es un mojón pero bueh
30 no pero es verdad que dije hasta el 20, que raro porque mre recuerdo mirando lo que puso eli y leyendo 16 pero alli pone 20... en fin que se me va la cabeza.
Ya me han llegado un par mas esto pinta bien, los publicare mañana por la noche que me tiro el dia fuera de casa xD
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
trafalgar ha muerto
Teniente Primero
Teniente Primero
Mensajes: 1686
Registrado: Mar Ene 14, 2014 9:19 pm
Ubicación: Ción está en Francia, creo
Edad: 27
Género:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por trafalgar ha muerto »

Nada que al final se me ha ido la pinza y no tengo aquí el relato. Seguid con la edición esta vez que por fin hay bastantes y ya participaré en la próxima jaja.
Imagen
Avatar de Usuario
javisba
Sargento Mayor
Sargento Mayor
Mensajes: 962
Registrado: Lun Nov 29, 2010 4:15 pm
Edad: 27
Género:
Contactar:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por javisba »

trafalgar ha muerto escribió:Nada que al final se me ha ido la pinza y no tengo aquí el relato. Seguid con la edición esta vez que por fin hay bastantes y ya participaré en la próxima jaja.
Bueno bastantes, hay 3 xDD

En fin vamos a ello:
Clemencia
Spoiler: Mostrar
París, 23 de junio de 1940

La ciudad está en silencio. Es un silencio triste, desapacible. Apago la radio, estoy cansado de escuchar malas noticias. Hojeo un libro: La Peur, de Chevallier. Me sobrevienen latosos recuerdos. Cierro los ojos y me abandono, a la manera de Proust, a la busca del tiempo perdido.

Los cañones de agosto me sorprendieron en Abbeville. Me encontraba de visita en casa de mi hermana Clémence, que acababa de dar a luz a su segundo hijo. En seguida me alisté voluntario, imbuido por esa insensata euforia nacionalista que en aquellos días recorría el país y que no tardó en desaparecer. Tras una breve instrucción fui enviado al frente. La memoria de lo vivido en las trincheras, inconsolables y húmedas ratoneras humanas, aún me atormenta. Sin embargo, mi mayor pesar reside en lo que hice —o, más bien, en lo que no hice— aquel maldito día de noviembre cerca de Ypres.

Durante días habíamos resistido con bravura los embates de las tropas alemanas en su carrera hacia el mar. Las bajas se contaban por millares. Mi actitud en combate podía no ser la más resuelta, la más audaz o la más temeraria, pero en nada era reprochable. Había algo, no obstante, a lo que nunca pude acostumbrarme: matar. Durante la instrucción se nos intentó inculcar la deshumanización sistemática del enemigo. En un principio pensé estar preparado para la sangrienta empresa, pero pronto advertí que no. Cada vez que hacía fuego me abatía un intenso sentimiento de rechazo, de culpa.

Una lluviosa jornada de noviembre, en el transcurso de la enésima carga del ejército del Káiser contra nuestras líneas, me separé ligeramente de mi batallón. Mientras trataba de reagruparme me topé con un soldado alemán que había tropezado y caído al barro. Aquel soldado, desarmado y solitario, huyó despavorido al notar mi presencia. Le perseguí. Cuando por fin le pude dar caza se plantó de rodillas y me suplicó amargamente que le perdonase la vida. No entiendo el alemán, pero por sus patéticos gestos —recuerdo que el labio superior le temblaba de manera incontrolable— le creí comprender. «No es más que un pobre cobarde», pensé. Como no opuso resistencia y debido a que ya me había alejado bastante de mis compañeros, resolví dejarle libre. Excusas de las que iluso me quise convencer, pues sé que por mi aprensión a dar muerte no hubiese sido capaz de asestarle sin más un tiro en la cabeza. Conseguí reunirme con mi batallón y alrededor de tres meses después fui herido de gravedad en una pierna y dado de baja con honores.

Han pasado veintiséis años. Acabo de recibir la noticia de que Clémence ha muerto, asesinada por su condición de judía. Me temo que yo no tardaré mucho tiempo en correr la misma suerte. Pétain ha rendido Francia al Tercer Reich.

El silencio se rompe en vítores, en arengas pronunciadas con acento germánico. Con todo, yo únicamente puedo escuchar el llanto de mis compatriotas, escondidos. Desde mi ventana puedo ver al responsable del horror que se ha apoderado de nuestra patria y de toda Europa. Desfila, la mirada altiva, el brazo en alto, el mismo mostacho repugnante sobre el labio superior. Ese que tanto le temblaba aquel maldito día cerca de Ypres.

Abandono pronto la lectura. Estoy cansado, muy cansado…
[center]La última voluntad[/center]
Spoiler: Mostrar
Espero que lo que voy a escribir a continuación sirva como advertencia de lo que vi, ya que no espero seguir con vida después de esta noche. Siento que he de dar fin a la persecución cada vez más agobiante que he sufrido desde aquel fatídico día. Quiero dejar clara constancia de lo que pasó para evitar que otra alma desafortunada se vea inmersa en esta desgracia.

Mi infortunio comenzó al terminar mis estudios de abogacía en la universidad de Miskatonic, poco después de la depresión. Gracias a la abultada herencia de un tío lejano mío, asunto que no merece más desarrollo, me vi con los medios suficientes como para proveerme de un automóvil propio y combustible como para recorrer toda la costa de mi estado. Emprendí este viaje vacacional con ánimo de recuperar las energías que tanto estudio me había arrebatado, ignorante de que pronto perdería toda esperanza de un futuro calmado como abogado estatal.

Al poco de empezar el viaje, llegué a un pequeño pueblo costero claramente afectado por la depresión, ya que las fachadas de sus edificios se apreciaban en un deplorable estado y sus habitantes se mostraban hoscos con los extranjeros. Noté este hecho más intensamente cuando me registré para hospedarme en el hotel, un edificio sombrío y húmedo con aspecto de estar en decadencia, en el que el recepcionista, de aspecto extraño y con facciones que me recordaban a algún animal marino, me advirtió rudamente de que no saliera de noche, ya que no podía garantizar mi seguridad.

Tras dejar mis enseres en mi habitación, decidí aprovechar el tiempo que tenía hasta la noche y pasear por el pueblo hasta la costa. Los pocos lugareños que observé por las calles evitaban hablar conmigo e incluso me dirigían miradas de desprecio cuando pensaban que no podía verlos. Su aspecto me recordaba aún más a crustáceos que el del recepcionista, ya que tenían cuerpos encorvados cubiertos de deformidades, con unos miembros desproporcionadamente largos y estrechos y manos grandes y nudosas, caras estrechas y alargadas, carentes de pelo, con ojos oscuros y abultados, nariz fina y alargada y boca anormalmente pequeña.

A la antipatía que me causaban las gentes del lugar había que sumar el desagradable olor que notaba, cada vez más intensamente, conforme avanzaba por el pueblo hacia lo que parecía una antigua iglesia semiderruida y cubierta de enredaderas en una colina al final de la calle. Dicha iglesia no era muy grande, pero parecía tener capacidad como para albergar a todos los habitantes. Dado que era pronto, decidí entrar a investigar, con la esperanza de encontrar algo mínimamente interesante en ese sitio. Nada más entrar sentí unas arcadas inmensas causadas por el nauseabundo hedor a putrefacción y moho que reinaba en el ambiente. El aspecto del interior del edificio me inspiraba temor, ya que no se parecía al típico de una iglesia de la zona. No había ningún tipo de asiento, y en el centro destacaba un altar de mármol blanco cubierto de manchas de sangre, runas ininteligibles y restos animales desgarrados, como vestigio de algún antiguo y salvaje culto a un dios pagano sediento de sacrificios humanos. En el muro más al fondo se podían observar imágenes del culto, donde los seres, versiones más deformes incluso de los habitantes adoraban a un ser ciclópeo de aspecto demencial: poseía una cabeza de langosta cubierta de protuberancias, de la que salían gran cantidad de tentáculos, unos brazos inmensos y articulados como los de un crustáceo con pinzas de tamaño colosal, varios pares de patas como las de un cangrejo, si es que se les podía llamar así, y unas alas escamosas como las de un insecto repugnante y vomitivo.

Aterrado por lo que había visto dentro, volví al hotel a descansar, notando las miradas cada vez más hoscas de los lugareños. Ya de noche, observé por la ventana a los habitantes del lugar dirigirse al templo nefasto que había visto esa misma tarde, cargando algunos de ellos bultos muy voluminosos y sospechosos. Hipnotizado por el intrigante desfile, no me di cuenta hasta quizá demasiado tarde de que uno de ellos me estaba observando, con una expresión de profundo odio, mientras avanzaba hacia la iglesia. Vencido por la curiosidad, decidí ignorar las advertencias del recepcionista y me escabullí por la puerta de atrás del hotel con la intención de descubrir el secreto de este lugar. Evitando que me vieran, o eso creí, conseguí acercarme a los muros de la iglesia para ver qué clase de ritual pretendían celebrar estos seres.

Lo que observé a través de la ventana fue lo que me hizo perder mi cordura y salud: una orgía de esos mismos seres, aún más deformes, sintiéndose libres de su disfraz, realizando danzas macabras alrededor del altar y actos de perversión innominable, mientras siete de ellos, que parecían ser los líderes de tan deleznable culto, desenvolvían uno de los bultos. Horrorizado, vi que ese bulto en realidad era un hombre desnudo y aterrado por el grotesco espectáculo a su alrededor. Estos sacerdotes, por así llamarlos, sujetaron al hombre de sus extremidades y, con una facilidad pasmosa, le decapitaron sin piedad, para después desmembrarle y pintar con su sangre unas runas en la pared que había mencionado antes. Aterrado e impotente por lo que vi, y pensando que sería el sacrificio de la noche siguiente, salí corriendo sin cuidado, decidido a huir del pueblo lo antes posible.

Llegué al hotel tan rápido como pude, empaqueté mis enseres y volví a salir por la puerta de atrás evitando aún más ser visto por estos deplorables seres. Por suerte, recordé que había un pueblo a una distancia suficiente como para cubrirla al amparo de la noche sin ser detectado por nadie. Me dirigí hacia las afueras del pueblo, con la vana esperanza de no ser visto por nadie, impulsado por el terror y sin prestar atención a los ruidos que oía a mi alrededor. Por suerte, llegué al otro pueblo sin incidentes mayores, pensando que había logrado ponerme a salvo.

Hasta ahora. He visto más de esos seres husmeando cerca de mi actual hogar, y he conseguido localizar su escondite. Sé que hay pocos, así que me he armado con dos revólveres y me dispongo a partir esta misma noche a poner fin a esto. Voy a dejar esta carta junto con instrucciones para hacer saber al mundo lo que pasa si no consigo sobrevivir a esta noche.

Que el señor tenga piedad de mi alma.
Doble espejo, el relato.
Spoiler: Mostrar
Sólo sentía el latizago de la sangre sobre mi rostro.

Su cadáver desmembrado lloraba hilos rojos hacia un mar vital. Me quité de la cara los trozos de carne. Me limpié lentamente. Observé las uñas de aquella muñeca muerta. No había nada de mí ahí.

Oí un ruido tras la pared.
–Venían a por mí. Venían. ¿Me habrán descubierto?
Dejé ahí la cabeza cortada y corrí hacia la puerta. Esperé. Escuché. Pasos se acercaban. Pude escapar con dificultad a través del pasillo oscuro. ¿Nadie me ha visto? Parecía la boca de un gusano hacia lo tenue., a lo desconocido A la salida de aquel piso, miré arriba.
Todo era paz.
Silencio.
¿Lo habré soñado?

Ya no podía regresar al lugar del crimen. Sería estúpido hacerlo. Miré mis manos. Limpias. Guantes. Fui cuidadoso. No hay pruebas. No hay pruebas. Durante la vuelta a mi hogar había una enorme luna en el techo estrellado. Era una ciudad cualquiera poblada por un bosque de metal y luces eléctricas que miraban llenas de insomnio. Absorto no me di cuenta.

Estaba todo parado.
Fotografías imbricadas en mi sien.
Vi arriba, abajo y suelo.
Había un lago cálido.
Y luego el frío.
Frío.
Negro.


Médico.
–Ya has despertado. -Espetó de buen humor el médico.
Yo no paraba de abrir y cerrar mi mano derecha. Era como Shinji Ikari. Podía mover mi mano derecha. Seguía vivo.
–Doctor, ¿qué me ha pasado?
–Tuvo usted un accidente, Señor …-Eco en mi cabeza, agua en mis oídos.- pero no tema, aunque ha sido un milagro que se salvase. Le vamos a dar el alta y podrá volver a casa.

El verano estaba aquí. Mi mano derecha seguía ahí.Yo estaba en la vida. ¿Cómo?
–¡Al fin! -El grito me sacó del trance. Era una dulce voz. No dudó en abrazarme entre lágrimas. ¿Cómo podía abrazarme? ¿Acaso no era “ella”? - ¡Estás vivo!
Tenía nauseas. Ganas de vomitar. Mi corazón como un zombie.
–¿Estás bien?
Al caerme, ella me llevó a un banco cercano, bajo la luz de un árbol me reconforté. Era un árbol enorme, inmortal. Mis ojos se volvieron hacia un viejo que estaba pidiendo dinero, quien se acercó a nosotros.
–Ey, muchacho, ¿estás bien? -Preguntó amablemente.
–No pasa nada señor -Respondió ella, con la porofobia adueñándose de ella.
El vagabundo, escurridizo como él solo, se zafó y pudo acercarse a mí. Sus labios me susurraron.
–Bienvenido al Infierno.
Sacó su cartón y siguió bebiendo mientras andaba en zigzag.



Día 1
Espejo. ¿Verde? Hay verde en mi costado. No entendía nada. Una mancha verde en mi abdomen. Al tocarla no notaba nada. La mancha verde seguía aumentando de una forma extraña. ¿Sería del accidente? Mierda. Vómito. Vómito. No paraba de vomitar. Maldita sea. ¿Era cada vez más oscuro ese verde? Notaba mi estómago algo hinchado.
Me tumbé en el sofá intentando ver la televisión. Vibra. Vibra. Mi segundo cerebro, el robótico; nuestras cadenas modernas.
–¿Sí?
–¿Ya has despertado?
–Tengo algo verde.
–¿Dónde?
–En la barriga. Algo verde. Yo que sé.
–Seguro que no es nada.
–Tendría que ir al médico.
–No seas hipocondríaco, acuérdate de aquella vez. Oye, ¿nos vemos pasado mañana?
–Sí, claro.
Un fuerte olor a muerto se desprendía de mi cuerpo. Fui corriendo a la ducha, ahora la mancha se estaba extendiendo y empezaba a ser negra. Me metí en la ducha para lavarme, pero el olor seguía ahí. El olor seguía ahí. Busqué en Internet. Manchas verdes. Cadáveres. Humanos. Enfermedades raras. Comencé a leer palabras que no entendía: fosa iliaca derecha, acido sulfhídrico, era la fase cromática de la putrefacción. ¿Me estaba pudriendo? ¿Y cómo podía seguir andando? Igual era un castigo divino por todos mis asesinatos. Seguramente tú me estabas castigando. Aquel mismo que teclea. Aquel que teje los hilos. Aquel tipejo que andará una noche miserable de su vida ideando un macabro cuento sobre mí, pero ¿qué coño digo? ¿de qué estoy hablando? Al lado de mi cama había una libreta. Siempre estaba ahí. ¿Por qué?
Esa libreta.
¿Por qué?
Una libreta.
Fui a cogerla cuando sonó el telefonillo. No recuerdo más.
Negro.
Negro sobre negro. Día 2
Me desperté en mi cama.
Otra vez esa libreta, cuando fui a cogerla noté la piel cayéndose de mi mano; tenía el cuerpo hinchado y el olor a muerto no podía soportarlo. La piel se me caía a tiras y corriendo fui al lavabo, me miraba, me tocaba, ya no era capaz de reconocerme. Mi piel se estaba cayendo. Mi piel se estaba cayendo. Llamé corriendo al médico. No dejé de mover mis pies, temía que mis piernas se rompieran antes de llegar, como un zombie podrido. Al llegar, golpeé entre sudores fríos la mesa de aquella recepcionista.
-¡Es urgente! ¡URGENTE!
Al oírme vociferar alocado, no tardó en salir el doctor, quien amablemente me llevó a su consulta. Allí me atendió con normalidad.
-¿Qué le sucede? ¿Por qué grita? ¿Qué es urgente? -Preguntó alarmado el buen doctor.
-¡Me estoy muriendo! ¡NO LO VE!
-¿Ver el qué?
-¡MIRE! ¡MIRE MI CARA! -Le señalé mi rostro, intentaba no tocarlo demasiado por si la poca piel que me quedaba se iba a caer.-
-No le sucede nada. No veo nada raro en su cara.
-Me estoy muriendo… ¿Es qué no lo ve? -Observaba mis manos temblorosas, cuyos huesos
asomaban más claros cada vez.-
-Debe ser un shock posttraumático, le haré pruebas, pero debo decirle que no le pasa nada.
-¿No lo ve?
-Tranquilícese. No le pasa nada en su cara, ni en su piel.
-Tengo que avisarla.
-¿A quién?
-A la chica que me recibió cuando salí de aquí.
-¿Qué chica?
-Seguramente no la vieras. Me estaba esperando fuera. -El médico tenía la tez extraña, como si no supiera de lo que estaba hablando.
-Estuve afuera y le acompañé.
-Es imposible, salí por mi propio pie.
-Creo que antes deberíamos hacerle las pruebas, por si tiene daños cerebrales. Aunque quizás…
-¿Quizás?
-¿Conoce el síndrome de Cotard?

¿Es posible que no supiera dónde estaba ni que era real? Seguía viendo mi cuerpo pudriéndose, pero todo el mundo estaba tranquilo a mi alrededor. El vagabundo se reía, se reía a carcajadas de mí.
-¿De qué te ríes? -Le grité.
-Estás muerto. Este es el Infierno. Vivirás eternamente aquí. Asesino.
Un flash. Un meteorito cayendo. Miles de personas gritando. Cuerpos destrozados por doquier. Sangre hasta la cintura.
Negro.
Negro.

Día 3
El sonido del ventilador me levantó.
Las venas superficiales en mi cuerpo habían dejado de ser tan visibles, y lo que parecía gas ahora me sabía a líquido, pero intentaba restarle importancia.
Sencillamente estaba loco, sufría de alguna enfermedad mental. No me estaba muriendo. No estaba muerto. Vibra. Vibra.
-¡Pon la televisión! -Su voz seguían siendo dulce, sin embargo ahora era angustia.
Al encender la televisión los informativos abrían con las imágenes. Un enorme meteorito había arrasado con una ciudad cualquiera lejos de mi ciudad cualquiera. ¿Fue real? ¿Aquella visión fue real? Entonces al girarme volví a notarlo. Esa libreta. Mi cuerpo se deshacía mientras me dirigía a aquella libreta. ¿Por qué seguía ella llamándome? Si esa muñeca había sido mi víctima. Abrí aquella libreta….
Cayó.
Negro.
Negro sobre negro.
Vibra. Vibra. Y llaman a la puerta.
Hola. Te estoy viendo. ¿Sigo vivo?
____________________________________________________________________________________________
Todos sabemos ya como va esto de los votos pero porsiaca:

Se votara puntuando de 1 a 2-3 puntos según cuanto te haya gustado un relato, los autores empezaran a votar a partir de los 2 puntos y la gente que no haya escrito a partir de 3, dando el maximo de puntos al que más haya gustado, 1 punto al que menos y argumentando un poco, os pongo un ejemplo:
2 puntos para Titulo del relato más legendario jamas escrito. Me ha gustado como trata la trapalantia ademas tiene muy buen uso del léxico y blablabla
1 punto para Titulo del relato que si lo vieras por la calle te cruzarías de acera. Aquí se plantea un punto de vista respecto al nirvana y el cubismo intrínseco que me dan ganas de dar por el c**o al autor.
Intentad no usar comentarios soeces el ultimo ejemplo es como no debéis criticar. Tratad de que sea constructivo no de hundir en el fango al autor, que a todos nos salen malos relatos de vez en cuando xD.

Ademas se les restaran 2 puntos a aquellos autores que no voten. Si quieres que te lean que menos que molestarte en leer tu.

Aclarado todo podéis empezar a votar y tenéis hasta el dia 31 de Agosto este incluido, para acabar bien el mes. Buena suerte a todos.

Si, no me lo he currado mucho y he copiado el mensaje del año pasado del tema de musica xDD
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Avatar de Usuario
Arpegio
Oficial Técnico
Oficial Técnico
Mensajes: 1200
Registrado: Jue Jun 30, 2016 12:15 pm
Ubicación: Bajo la sombra de un molino
Edad: 29
Género:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por Arpegio »

Empiezo yo con mis puntuaciones. Parece que la alegría ha sido el hilo conductor de todos los temas, porque ojo qué relatos. Voy con mi ranking, que seguramente sea breve:

0 puntos: La última voluntad.

Es mi relato, así que no lo puedo puntuar. Creo que voy mejorando un poco, aunque todavía no sé cómo hacer para enfatizar unas partes y dar dramatismo. Me he inspirado bastante en los relatos de Lovecraft, y creo que se nota bastante.

1 punto: Doble espejo, el relato.

Simplemente no entiendo el relato. Parece que hay muchas más cosas de las que se cuentan, y que se deberían saber de antemano. Me lo he leído un par de veces y sigo sin entenderlo, a ver si el autor puede aclarar un poco lo que hay, que yo me pierdo.

2 puntos: Clemencia

Cortito y al hueso. Sin entretenerse mucho en detalles, va directo al grano. Creo que el autor sabía bastante lo que hacía cuando lo ha escrito. Me ha gustado bastante.

Y ya, a ver si salen más puntuaciones, que se termina el plazo para votar.
Un perro voraz que ha navegado en dos barcos distintos.
Avatar de Usuario
javisba
Sargento Mayor
Sargento Mayor
Mensajes: 962
Registrado: Lun Nov 29, 2010 4:15 pm
Edad: 27
Género:
Contactar:

Re: Concurso mensual - 45ª Edición: Libre y corto

Mensaje por javisba »

Perdonad que estoy de mudanza y se me olvido esto.

Me parece lamentable que solo haya votado arpegio, si los otros dos no se dignan a decir nada mañana ganara arpegio por incomparecencia.
Imagen
Spoiler: Mostrar
Imagen
Imagen
Cerrado